Inmortal

Galapagar. Teatro Jacinto Benavente. 22:00 horas.

Chano Dominguez está terminando su actuación. Ha venido solo y ha tocado principalmente temas del «hecho a mano«. Al piano le pasaba algo, había un par de notas que sonaban mal, como desafinadas, como desoctavadas, como defectuosas. Ignoro que ocurría, nunca había escuchado un piano de cola en mal estado.

Desde el primer momento sabía que por importante y trascendente que fuese su vida y trabajo, no me acoplaría al ingente cúmulo de personas que han sobredimensionado la tragedía. Sin embargo la magia de la música me obliga a escribir unas exequias y recordarle.

Chano Dominguez estaba terminando su actuación y para despedirse, recordó a «uno de los grandes» que se había marchado hace poco. Mi primer pensamiento fue de sorpresa al pensar que algún eminente apellido del jazz o del flamenco habia fallecido y yo no me habia enterado. Pero no… Ahí estaba Chano, en el centro del escenario, versionando con su piano y alentando a la gente a cantar ese célebre estribillo:

…You’re thinkin’about my baby
It don’t matter if you’re…

BLACK OR WHITE!

Al acabar, todo el mundo aplaudió a Chano y él señalando al techo dijo:

-A mí no, a mí no… a él.

Entonces lo entendí. Sigue aquí. No ha muerto. Nunca lo hará.

Miércoles artístico

Pues bueno estoy yo. Vuelvo con fuerzas. Primero el ajedrez, después un poco de jazz, romántico, una de esas canciones que te traen recuerdos y vaticinios. Y ahora, un batera, para no olvidar que soy un poco friki. Hoy, es un día que huele bien, mientras gano batallas a una hemorroide que me da por el culo, teatro, Caldo Magno, y la esperanza de ver una golondrina… Hoy recitaré a Borges. Que ya era hora.

Los vídeos de Vodpod ya no están disponibles.

Jueves musical…

El «wish» o el trabajo de la Elastic Band ya era realmente bueno, pero en directo es simplemente alucinante. Que sonido…Un aire de viento metal puro y elegante que puede meterse en tus huesos como el frío húmedo. Anoche el centro cultural de la villa de Madrid alojó por una hora y media a uno de los mejores saxofones de la actualidad (y un eclipsado producto nacional)

Carles Benavent estuvo mas o menos en su onda: su bajo alocado a caballo entre el bajo y la guitarra, entre el jazz y el flamenco, inconcluso émulo del gran maestro, y su repertorio (a veces cansino y condicionado) se vio innovado por la inclusión de un hang, que es un instrumento con forma de Ovni metálico y que se toca como un djembé sonando así. Al principio estuvo bien, el sonido es muy atmosférico. Pero en algunas partes me resultó que su sonido estaba fuera de lugar. Lo mejor del concierto fue el batería, (lástimas que no sepa quien es) simplemente excelente.

Después llegó el plato fuerte. No llegó a la soberbia maestría del concierto de Ornette Coleman y sus IMPRESIONANTES CONTRABAJISTAS, pero a mi me gustó mas. El sonido de su saxo (junto con la buena acústica del que es posiblemente el mejor lugar para escuchar música en Madrid) es indescriptible. La calidad y feeling de sus impros y sus composiciones son dignas de veneración. Lo único que puedo hacer es dejaros un temita y el resto tendréis que imaginarlo…

A la salida del concierto nos encontramos con mas gente, amiguetes de gavilán y continuamos la noche saxofonera yendo al Junco donde tocaba el extrafalario y sorprendente Santi Ibarretxe.

(¿Que es prímital?)

Gran noche, sin duda.

Este sábado…

Palacio de los deportes de Madrid, este sábado pasado tuve uno de los esperados conciertos de este año. Estuve sentado y contra todo pronóstico, el sonido fue deficiente. Muy bajo. No lo entiendo. Cojen el palacio de los deportes y ponen un volumen que a los 50 metros ya se escucha lejano. Si lo llego a saber me pillo entradas de a pie. En fin, es imposible no disfrutar del mejor batera del momento y de uno de los mejores grupos progresivos (y cañero) Os dejo el single de su ultimo disco «systematic chaos»

Despertar resacoso con banda sonora.

(Se recomienda leer con la música de fondo…)

Cuando Alex se despertó esta mañana no pensó que sería tan pronto como realmente era. Miró el móvil y vió que eran las ocho de la mañana. Se encontraba perfectamente lúcido, cuando apenas cuatro horas antes había vuelto a casa borracho. Y maldijo a su reloj biológico.

Se puso boca arriba y dedicó unos segundos a pensar. Fué ahí cuando se dió cuenta de que el estómago le ardía terriblemente y pensó para si mismo que debería dejar de tomar Whiskey con zumo de naranja. Se levantó, se dirigió al baño para vaciar sus líquidos y tragó un poco de agua caliente de la botella que siempre acompaña su cama.

No tenia ninguna intención de levantarse de la cama, pues a pesar de encontrarse insomne habia dormido muy poco y queria descansar mas. Si hubiese ido presto a realizar alguna tarea pendiente, en poco tiempo transcurrido habria vuelto a tener esa sensacion incómoda en la que sus párpados pesan mas que el resto de su cuerpo.

Sin embargo sus pensamientos no le dejaban dormir. Los de su mente y los de su estómago. Reparó en que tenía una fuerte erección, algo habitual en esa clase de mañanas, y aprovechó las circunstancias que la naturaleza le brindaba para masturbarse con la intención de que la relajación posterior le otorgara el ingrediente requerido para su tan deseado sueño. Pero no hubo éxito.

Se levantó de nuevo, y como una panacea milagrosa, ingirió un «Almax» que rápidamente aplacó esa terrible acidez que padecía. Volvió al baño y expulsó unos sólidos manjares de heces que prima facie debieron ser la cena de la noche anterior y posteriormente disfrutó del desahogo y el placer que suponía liberarse tan pesada carga.

Al volver a la cama, agarró la almohada y adoptó su postura lateral favorita, como viene siendo costumbre. En poco tiempo apareció un hombre calvo que le preguntó:

-¿eres CO o CA?

-Supongo que soy CO -respondió.

Y volvió a despertar.