En el momento del parpadeo

Un domingo, en el escenas de lavapies, tuve una reunión con una gran parte de los integrantes del grupo de teatro callejero artefacto para discutir la realización audiovisual del proyecto que en aquel momento abordaban, una obra de teatro en la calle, planteada en plano-secuencia, e inspirada en la película «Waking life«. Aquel dia, defendía la posición de realizar un montaje de video replanteando el inicial plano-secuencia practicamente imposible que ellos pretendían por uno en el que no se rompía la linea temporal pero se explotaba el lenguaje visual para apoyar al texto y tambien dar una forma artistica al medio audiovisual. En la discusión que duró varias horas hubo un momento en el que mi amiga Tania dijo: «La vida es un plano-secuencia» refiriendose a que la vida real no rompe el espacio-tiempo a nuestra conveniencia. La frase fue apludida y francamente me quedé con ella, no porque estuviera de acuerdo, sino porque sabia que de alguna manera estaba equivocada pero en ese momento no sabia explicar muy bien porque.

El prestigioso montador cinematográfico Walter Murch, en su libro «En el momento del parpadeo» consiguió darme una explicación mas sencilla al asunto cuando intenta argumentar una de las preguntas claves del cine moderno: ¿Porque funcionan los cortes? Cuando establecemos un corte estamos cortando el espacio-tiempo. De la misma forma pasamos de una imagen con una determinada información a otra distinta sin que por ello el espectador se confunda. En realidad los cortes funcionan porque nuestro cerebro en cierto modo funciona igual y procesamos la informacion visual de la misma manera en que vemos una película. Para Murch, un corte en un montaje de video equivale a un parpadeo en la vida real.

Imagínate que estás hablando con un amigo, comentando el partido de la final de la eurocopa. Estás escuchando atentamente lo que te dice, y le miras al rostro. Estás haciendo un plano cerrado sobre su rostro y no le miras los pies, porque sencillamente esa información ahora mismo no te es necesaria. Y de repente a unos metros se escucha un estruendo y resulta que otros dos tios se empiezan a pegar. Cambias instantaneamente a un plano mas abierto y general de la acción. Para ver como se mueven, como visten. Uno de ellos parece que esta borracho. Haces un breve plano cerrado de una de sus manos, parece que lleva un cuchillo.

Al igual que nuestro ojo enfoca, nuestra mente delimita los planos en función de la acción que queremos observar. Los cortes funcionan porque nuestra mente procesa la información de la misma manera. Murch establece una analogía entre el parpadeo y el corte y la asimilación de una idea y reflexiona sobre el funcionamiento del parpadeo. Obviamente el parpadeo es un proceso mas complejo que el de impedir que el ojo se seque, ya que si asi fuera, el parpadeo se produciria de forma mecánica y predecible en función de las circunstancias (humedad, iluminación, etc…) a las que el ojo en ese momento estuviese expuesto. Sin embargo, el parpadeo se produce con irregularidad, sometido a nuestras emociones y a nuestra voluntad. Muchas veces, aunque no ocurra de forma consciente, sabemos que una persona no nos está prestando atención por los momentos en los que parpadea. Por ejemplo, cuando estamos enfadados con alguien, podemos no pestañear ni una sola vez, ya que estamos concentrando nuestro odio, nuestro enfado, en una sola idea persistente. O ese mismo enfado nos hace pestañear repetídamente, porque estamos procesando muchas ideas a la vez, muchas cosas que esa persona nos ha hecho y provocan nuestra ira…

¿Cuantas veces tenemos la sensación de que el tiempo pasa rápido? ¿Y viceversa? ¿Cuantas veces tenemos recuerdos imcompletos de un solo suceso o conversacion (aun si estar borracho…)? Existen cientos de experimientos y juegos visuales que ponen a prueba nuestra capacidad de atención visual. Cojamos por ejemplo uno de los mas conocidos: Dos grupos de personas, perfectamente distinguidos, tienen una pelota y se la pasan repetidas ocasiones. El objetivo del ejercicio es que contar cuantas veces se pasan la pelota. No hace falta añadir que hay que estar atento. Solo tienes una oportunidad. ¿Cuantas veces se pasan la pelota el equipo blanco y el equipo negro?

Si no ha hecho trampas y se ha concentrado en el objetivo o no es una especie de genio sobrenatural, posiblemente pertenecerá al 90% de personas que no han visto al gorila cruzar la pantalla. La pregunta que nos acecha la segunda vez que vemos el video es…  ¿y como es posible que no haya visto al gorila? Es curioso, porque aunque en apariencia puede resultar un fallo, en realidad este ejericio muestra la gran capacidad que el cerebro tiene para concentrarse en una idea y discriminar el resto de la información que no es útil. No es que sea algo bueno o malo, es que simplemente funcionamos asi. Y con la imagen, nuestro dia a dia, tambien ocurre lo mismo. Puede que el tiro de cámara sea siempre una subjetiva, pero nunca, nunca,  vivimos en plano-secuencia.

Despedida

Aquí estoy, otra vez contigo, una penúltima vez, bajo el cobijo de estas paredes cubiertas de humo y recuerdos. En compañía de nuestra música y nuestras cervecitas. Hubo un tiempo, mas allá de la desesperación, en el que nuestra ineludible relación pasó de ser condena a ser corona. Cuando todos te miraban con desprecio y rehuían de tu acogedora presencia, yo me amparé bajo tu custodia. Bajo la tentadora amenaza de la muerte, tu te mostraste fiel a mi lado y ahí donde no había nadie estabas tú, velando por mi. Tu me dabas abrigo por las noches y me inyectabas dosis de esperanza que me permitían abrazarte por las mañanas. Tú, tu cenicero, tus vasos vacíos. Tus monólogos, tus consejos. Mucho ha llovido desde aquellos días de mutua compañía y gozo. He conocido a otra persona. La última vez que estuve aquí, contigo, sin que tu lo supieras, le escribí a ella. Y por ella te abandono. Te destierro de mi vida mientras Tom Waits pone banda sonora a esta despedida rodada en plano secuencia. Me quedo con la nostalgia indeleble de nuestra relación y su sonrisa. Ya la mañana clara no trae rumores ni barruntas de tu existencia. Ya no te observaré, con amor ni desconsuelo. Los tiempos de tu tormenta, de tu suave brisa silenciosa que siempre acaricia mis pensamientos, sustitúyolas por la carne, frontera del alma, y por el amor de una mujer. Su imagen representa todo lo que tú no puedes dar. Todo a lo que aspiro afortunado en esta vida supeditada a tu consuelo. Te escribo esta carta para decirte que nuestra relación es imposible. Y que siempre guardé el oscuro secreto de abandonarte. No te echo de menos, ya no. Te quiero, sin duda, pero entiéndeme, te quiero solo como idea. Si el futuro, sórdido rehén del tiempo, me reserva el regreso a tu regazo, se que tú, misericordiosa, no me rechazarás. Mas si el hado me es favorable, orgulloso, jamas volveré a saludarte. Poco mas me queda por decirte, mi amada, mi cómplice, mi rea.

Hasta siempre, soledad.

Greguerias

Las greguerias son esas sentencias a medio camino entre la metáfora y el humor, invento de Ramon Gómez de la Serna. Hoy os hago una recopilación de ellas.

Escribir es marcar la sombra de las palabras.

Cuando te conoces a ti mismo, dejas de saludarte.

La vida te obliga a vivir deprisa porque el pan enseguida se pone duro

Despues del primer beso, todos son de segunda boca.

Lo peor del golpe en la cabeza es la burla del chichón.

Al oir la sirena parece que el barco se suena la nariz.

Aquella mujer me miró como a un taxi desocupado

Entre las vías del tren, crecen flores suicidas.

Como daba besos lentos sus amores duraban mas.

Se me helaron las manos al descubrir que habia perdido los guantes.

Abrir un paraguas es como disparar contra la lluvia.

La muerte es hereditaria

Las flores que no huelen, son flores mudas

Y unas de propia cosecha:

El piano se rie con música porque le haces cosquillas.

El pez es el unico animal que puede salir de perfil en una foto carnet.

De noche al bajar las persianas, cerramos los párpados de nuestra casa.

Cuando instalan un ascensor, las escaleras se apuntan al paro.

Los plátanos inspiran pensamientos consoladores

El teléfono que suena, te está llamando a gritos.

Muchos animales van al zoo para ver a los humanos.

Lo bueno de ser forense es que el paciente nunca te denunciará por negligencia.