Traumas

¿Que se puede esperar de un dia

que empieza con tener que levantarse?

Desde joven, bien porque abrigado en la inconsciencia del sueño lanzaba el reloj al suelo, bien porque se acababa la pila o bien porque directamente se atrasaba, he usado despertadores defectuosos que me han dado mas de un disgusto. El reloj biológico, que a veces se excede de listo, es una máquina adaptativa que en poco tiempo de rutina rápidamente se anticipa, y es muy común despertarte un poco antes de la hora habitual, haciendo un hábil adelantamiento por el interior al malhadado despertador.

Ese anticipo, que a veces podia constar hasta de horas, se convirtió en una tortura. En mas de una ocasión no me levanté a la hora señalada, y rápidamente el agobio hacia presa de mí y despavorido, agarraba el gallo mecánico en busca de la hora para confirmar si  me había quedado dormido o aun me quedaba tiempo de sueño pendiente.

Hace tiempo que escarmenté y en la actualidad uso el despertador del teléfono móvil, una máquina mucho mas fiable si te aseguras siempre de que conserva batería suficiente. Tan fiable, que nunca ha fallado. Sin embargo el trauma ya se ha asentado, y aun sabiendo que hasta el día de hoy nunca ha fallado y siendo muy improbable que ocurra lo contrario, cada vez que mi reloj biológico me despierta antes de la hora límite, rápida y angustiosamente miro el móvil para comprobar que hora es y si me he dormido. La mayoría de las veces no consigo volver a conciliar el sueño. Y miro el móvil. Y lo miro. Ya no me fío.

4 comentarios en “Traumas

Deja un comentario