v de venetta

Ivi: ¿quien eres?

V: ¿Quien? «quien» es solo la forma de la función «que» ¿Y que soy? Un hombre tras una mascara…

Ivi: Ya me había dado cuenta…

V: Naturalmente, no me cuestiono tu capacidad de observación. Simplemente señalo lo paradójico que es preguntarle a un hombre enmascarado «quién es».

Pero en esta noche tan prometedora, permíteme que en lugar del banal sobrenombre sugiera el carácter de esta Dramatis personæ ¡Voilá! A primera vista un humilde veterano de vodevil en el papel de víctima y villano por vicisitudes del destino. Este visage, ya no más velo de vanidad, es un vestigio de la “vox populi”, ahora vacua, desvanecida. Sin embargo esta valerosa visión de una extinta vejación se siente revivida, y ha hecho voto de vencer el vil veneno de estas víboras en avanzada, que velan por los violentos viciosos y por… ¡la violación de la voluntad! El único veredicto es venganza… ¡vendetta! Como voto y no en vano, pues la valía y veracidad de ésta un día vindicará al vigilante y al virtuoso. La verdad… esta vichisoise de verborrea se está volviendo muy verbosa, así que sólo añadiré que es un verdadero placer conocerte y que puedes llamarme ‘V’.

 

 

 

 

 

En la feria del tebeo de Madrid, me compré (por fin) la máscara de V, y tengo muchos planes para ella…

 

 

Si alguien no ha visto una de mis peolícula favoritas, puede saber mas de ella a través de este reportaje.